Shoá/Monumento. Gobierno argentino: “Un acto de enorme justicia que se terminará en siete meses”
Consiste en “una serie de bloques de tamaño irregular que conforman una suerte de metáfora sobre la memoria” y contendrán “objetos de la vida cotidiana, como un simbolismo de que cuando se habla del Holocausto se habla de vidas, de seres humanos”, anticipó ayer, martes, el secretario de Cultura, Jorge Coscia, a la Agencia Judía de Noticias en la Quinta Presidencial.
La construcción del Monumento a la Shoá “está sujeta a las condiciones climáticas”, pero “si el tiempo ayuda” los arquitectos Gustavo Nilsen y Sebastián Marsiglia “tardarán aproximadamente siete meses” en producir “una serie de bloques de tamaño irregular que conforman una suerte de metáfora sobre la memoria”, anticipó ayer, martes, en la Quinta Presidencial de Olivos, el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, a la Agencia Judía de Noticias (AJN) tras el acto en el cual Cristina Fernández de Kirchner anunció el otorgamiento de la orden de compra mediante la cual el Estado argentino asigna los fondos necesarios para ese cometido (foto).
“Como la compra se ha hecho efectiva, no habrá sobresaltos”, aseguró.
Esos bloques contendrán “objetos de la vida cotidiana, como un simbolismo de que cuando se habla del Holocausto se habla de vidas, de seres humanos”, precisó el funcionario, que destacó que el proyecto ganador “fue resultado de un concurso que tuvo un jurado” integrado por los entonces embajadores de Israel y Alemania y el presidente de la AMIA y el director de Artes Visuales de la Secretaría de Cultura, Andrés Duprat.
“Me parece un acto de enorme justicia, fundamentalmente porque no estamos hablando de un ornamento, sino de la materialización del concepto de memoria, verdad y justicia, que ha orientado a la Presidenta y a (su extinto esposo y predecesor) Néstor Kirchner desde 2003”, subrayó.
Coscia consideró que “la Argentina es un país ejemplar en derechos humanos y también en el concepto de que no puede haber olvido cuando se habla de crímenes tan terribles”, y en ese marco, “este gobierno ubica al Holocausto como una de las grandes tragedias universales y lo concibe como uno de los hitos negros de la historia de la humanidad”.
“La memoria es el único antídoto -nunca infalible, pero sí imprescindible- para la prevención de la reiteración de la mala costumbre de la condición humana de querer eliminar al otro por cuestiones políticas, raciales o por cualquier otra razón”, y en ese contexto, la construcción del monumento a la Shoá “se ubica en el sentido profundo de construir la memoria colectiva”, concluyó.
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