DERECHOS HUMANOS Y REVISIÓN HISTÓRICA
La historiografía tradicional: Raul Hilberg, Victor Frankl, Hanna Arendt y Yehuda Bauer tras la segunda mundial ha sostenido la tesis del genocidio judío como culminación lógica de los postulados ideológicos del nacionalsocialismo.
La historiografía revisionista por el contrario ha cuestionado los métodos de análisis empleados.
Por último, dentro de la propia historiografía clásica, cabe distinguir entre la postura de quienes como Bauer son favorables a la censura en nombre del honor de las víctimas, que según ellos está amenazado por el revisionismo, y la de aquellos que como el propio Raul Hilberg son favorables a la libertad de expresión dentro de lo que
constituye el debate académico propiamente dicho.
La controversia surgida en torno a los "supervivientes" del Holocausto ha desatado una vivísima polémica en el seno del propio judaísmo al amparo de la cual el revisionismo se ha ido abriendo paso poco a poco.
La obra de Filkenstein "La industria del Holocausto" denuncia la contradicción entre un número de muertos elevado para recalcar la barbarie nazi y un número igualmente elevado de supervivientes. No es posible estar vivo y muerto, a la vez. Muerto para denunciar la maldad nazi, de la que nadie duda, y vivo para cobrar las indemnizaciones.
No sería muy riguroso incluir a 4.390.049 "supervivientes-peticionarios" de indemnizaciones entre los muertos del Holocausto. Porque son 4.390.049 los individuos a los que con arreglo a convenios internacionales ha tenido el gobierno de la república federal alemana que pagar 50.18 billones de marcos entre octubre de 1953 y diciembre de 1983.
Si admitimos asimismo que son 600.000 los supervivientes del "Holocausto" ello supondría que ha habido 3.790.049 resurrecciones, lo cual sería una buena noticia que, tal vez, contribuiría al acercamiento ecuménico judeo-cristiano porque si en
la segunda mitad del siglo XX pueden producirse tales fenómenos ¡¿cómo podemos dudar de la resurrección de Cristo en el siglo primero?!
Denuncia este autor que las cifras al alza son peligrosas porque dan argumentos a los "negacionistas" y denuncia la censura del sionismo oficial sobre este tema porque no sólo perjudica a los llamados revisionistas sino también a las propias víctimas del nazismo que no son indemnizadas directamente si no a través de las organizaciones sionistas que administran dichos fondos.
Para autores como Bauer los revisionistas son unos mentirosos que saben que están mintiendo y con la mentira no es posible entrar a considerar sus argumentos. Para él estos autores no revisan si no que niegan la evidencia y por ello no debemos escucharlos ni polemizar con ellos.
Para el lego en la cuestión, sin descartar la hipótesis de Bauer, se plantea una pregunta si los "negacionistas” sí entran en los argumentos de sus oponentes y los consideran para refutarlos podría ser por dos motivos:
1) Por que consideran que quienes sostienen la tesis del genocidio lo hacen de buena fe pero que sus argumentos son erróneos.
2) Porque admiten la posibilidad de que aquellos entren en los suyos, es decir, que quienes sostienen la tesis del genocidio estén en lo cierto y que ellos estén equivocados.
Para quienes tenemos un conocimiento superficial de la polémica se nos plantea el siguiente problema. No es posible denunciar un asesinato sin un asesino ni un robo sin un ladrón. Del mismo modo no es posible denunciar una opinión como mentirosa sin juzgar la conciencia y la intención del otro y resulta sorprendente que algunos de quienes más han denunciado la Inquisición como el mayor atropello a la conciencia humana tengan el valor de violarla nada más ni nada menos que en nombre de esos derechos humanos que dicen defender. ¿No creen que al actuar así la gente pueda pensar que más que tener la razón den la impresión de tener miedo?
Un error muy extendido es creer que el revisionismo histórico niega el genocidio, lo cual puede ser cierto en algunos autores pero no en todos ni siquiera la mayoría. Lo que
niega el revisionismo es que la mera afirmación del genocidio constituya por si misma prueba suficiente de su existencia lo cual es muy distinto. La autentica revisión histórica, la investigación sin "a prioris", se opone tanto al negacionismo como al afirmacionismo. En historia existe lo que se puede demostrar con pruebas documentales, y lo que no se puede demostrar simplemente no se toma en consideración pues de lo contrario la ciencia historiográfica volvería a la era del rumor y la leyenda. El cuestionar la fiabilidad de las pruebas o los métodos de análisis en los que se basa la afirmación de que la muerte de judíos bajo el III Reich se debió a un proyecto criminal concreto ¿Supone negar el Holocausto o cuestionar su carácter?
De todas las cuestiones planteadas por el triunfo del materialismo biológico en la Alemania de los años 30 hasta el final de la segunda guerra mundial sin duda la llamada solución final, el exterminio sistemático y deliberado de los judíos europeos por parte de las autoridades nacionalsocialistas, es la que más pasiones suscita. El horror que en todo ser humano producen la tortura y el asesinato de inocentes ha hecho que los estudios sobre dicho tema se hayan abordado desde un punto de vista ético o moral más que estríctamente histórico. Ello ha creado incontables dificultades a los investigadores, pues, con frecuencia, su labor se ha visto entorpecida y dificultada por la acción de la opinión pública y los poderes políticos para los cuales la soah, el holocausto, posee un valor escatológico y metarracional que no puede ser, no ya cuestionado, sino ni siquiera estudiado o analizado. Se considera un hecho ante el cual la única actitud es la contemplación y el silencio. No debería ser necesario, sin embargo, recordar a las personas que así piensan cuantas "realidades incuestionables" basadas en la mentira han sido semilla de odio y fanatismo a lo largo de la historia p.e. Que los cristianos practicaban canibalismo o sacrificaban recién nacidos, que los judíos asesinaban recién nacidos, que Juana de Arco tenía tratos con el demonio, etc...
Tras los enfoques emotivos de algunas víctimas de la brutal tragedia se alzaron las primeras denuncias de otras víctimas del nazismo como Paul Rassinier, militante antifascista francés de la resistencia y también ex-deportado en Buchenwald y en Dora, que consideraban que el sufrimiento concede derecho a lo que es justo y sólo a lo que es justo.
La obra del Dr. Rassinier "El Drama de los judíos europeos" supuso un análisis crítico del "genocidio posible" a partir de datos estadísticos de los propios judíos (entre ellos los del Centro mundial de Documentación judía de Tel Aviv) sobre dicha población lo cual arrojaba una cifra de 1.485.292 judíos que con una corrección al alza del 40 % para incluir a los judíos no practicantes podía dar una cifra de 2.079.528 judíos, cifras que no concuerdan con los 6 millones pero es que además si aceptáramos esta última cifra cotejada con las estadísticas judías tendríamos que admitir que los judíos poseen la capacidad de duplicar su población cada 3 años.
A estos estudios vendrían a sumarse otros que abordarían cuestiones tales como la ausencia de garantías procesales en Nüremberg, lo cual fue un error para las potencias vencedoras pués si bién, a corto plazo, ello les permitía obtener unas sentencias espectaculares, desde el punto de vista histórico el rigor de las pruebas aportadas por la acusación se devaluaba considerablemente ya que a los acusados correspondía probar su inocencia. Es decir se partía de un "a priori" en contra de lo que es la práctica jurídica habitual.
Para llevar a cabo una empresa de tal magnitud son necesarias unas órdenes muy precisas. Unas órdenes generales que se traduzcan en órdenes particulares y todo ello debería de haber dejado algún rastro de tipo documental. Sin embargo en un sistema tan burocratizado com el nazi la impresión que pretende darse es que las cosas funcionaban de modo “oral”. Es decir que las relaciones administrativas del III Reich se basaban en la “confianza” y que no se comprobaba ni la procedencia de las órdenes ni su cumplimiento. (La petición de confirmación de órdenes es necasaria para evitar la intoxicación enemiga, como se produjo durante la invasión de Francia y es el último recurso de un mando débil incapaz de oponerse a una decisión injusta como cuando Von Paulus solicitaba permiso para retirarse de Stalingrado. La solicitud de confirmación de órdenes desarticuló la operación Walkiria. ¿Pretende hacersenos creer que en una cuestión como la de la operación Walkiria sí se producen peticiones de confirmación de órdenes y en una cuestión como la de la llamada solución final no se produce ninguna?)
Por otro lado, indudablemente, en los campos de concentración murieron cientos de miles de personas, sin embargo en cualquier juicio por asesinato (y el genocidio mientras no se demuestre lo contrario es un asesinato), sin pruebas forenses, sin autopsias nadie se atreve a efectuar un dictamen sobre la causa de las muertes. Teniendo en cuenta que, según Iván Lagaz, especialista en crematorios del tanatorio de Calgary (Canadá ) que llevó a cabo un estudio sobre los crematorios de Auschwitz, Maidanek y Treblinka, cada cadáver necesitaba un mínimo de 2 horas para consumirse, y los hornos deben funcionar al 50 % por motivos de seguridad. Teniendo en cuenta que la capacidad de incineración al 100 % de los hornos de todos los campos de concentración durante el periodo de la solución final es de 430.600 personas suponiendo que funcionaran al 100 % todo ese tiempo ello significaría que tendríamos 1.648.928 cadáveres sobre los que investigar o practicar al menos un estudio aleatorio. ¡Y no digamos si aceptamos la cifra de los 6 millones!. La única posibilidad de justificar la imposibilidad de un estudio forense sería demostrar que los cadáveres judíos arden a mayor velocidad que los cadáveres del resto de las personas y que por tanto 2.079.528 cadáveres de judíos tienen la propiedad de consumirse a mayor velocidad que 2.079.528 cadáveres de no judíos.
De todas las cámaras de gas que se dijo que había en los campos de concentración alemanes la única que se exhibió en cinta fué la de Dachau que no era sino la antesala de un crematorio.
El hecho de que los campos de concentración en muchos casos fueran centros de producción de armamento suscitó dudas sobre el que la finalidad de los mismos fuera compatible con un programa de genocidio.
De hecho la investigación actual, incluso la más conservadora, limita el número de campos de exterminio a 7: Riga, Treblinka, Sobibor, Maidanek, Bergen Belsen, Birkenau y Chelmo.
Auschwitz finalmente ha sido excluido a raíz de las investigaciones de Germar Rudolf sobre análisis químico de las "cámaras de gas" y el nivel freático del campo aunque para subsanar este "contratiempo" suele hablarse actualmente de Auschwitz-Birkenau.
El estado actual de nuestros conocimientos nos plantea por consiguiente algunas dudas.
Si el programa de genocidio sólo se llevó a cabo en 7 campos o bién rebajamos las cifras con lo que podríamos cuestionar que el gaseamiento obedeciera a un programa de genocidio y deberíamos plantear la posibilidad de que obedeciera a un programa de eutanasia o bién si pretendemos seguir manteniendo la primera hipótesis deberemos confirmar las cifras con un estudio de los registros y archivos de dichos campos. Por el momento, a falta de más pruebas, los 40 archivos de Auschwitz que establecen los registros de los internos por nombre, nacimiento, último lugar de residencia y defunción sólo registran 68 000 defunciones, que no son pocas.
Sin embargo sabemos que la eutanasia no era una medida antijudía sino una ley de aplicación general para todos los alemanes que además no habría podido ser aplicada dentro del contexto de la solución final debido a que por presiones de las iglesias tales medidas dejaron de aplicarse en Agosto del 41 lo cual nos lleva a plantear la posibilidad de que dichas muertes se deban a negligencia criminal y no a un asesinato premeditado lo cual no cambia el juicio moral que podamos tener del nazismo pero sí el que teníamos de los vencedores y en este sentido constituye un importante motivo de reflexión que podría llevar a los investigadores e intelectuales a identificarse menos con el punto de vista de los aliados y a adoptar las necesarias cautelas que toda exégesis requiere.
La aplicación de la técnica del peritaje químico a los campos de exterminio "seguros" han sido decepcionantes.
El problema del gaseamiento se plantea con los análisis químicos por la siguiente razón:
El Zyclón B es gas hidrocianídrico. Si realmente se hubiera aplicado éste donde se dice que se aplicó debería haber dejado una impronta azul en las paredes y hallaríamos restos del mismo en el interior del mortero incluso aunque se hubiesen limpiado las paredes. Sin embargo los resultados de las llamadas cámaras de la muerte son negativos. El gas hidrocianídrico tiene capacidad para penetrar el cemento de las juntas de los ladrillos traspasando la totalidad del muro. La única forma de borrar esta prueba hubiera sido derribar los muros de las cámaras y construir otros nuevos. Extremo que debería haber sido alegado tanto por los testigos de la acusación que sobrevivieron a los campos como por los nazis (Niemoeller, Gernstein, Hotl, y Höess) que decidieron autoinculparse. La pregunta es la siguiente: ¨¿Cómo consiguieron los aliados que los acusados confesaran que en el lugar de los hechos, las llamadas cámaras de gas, se habían llevado a cabo unos hechos que se ha probado son químicamente indemostrables?
Según el historiador judío-francés Pierre Vidal Naquet "Los estudios realizados por químicos de diversos países y distintos orígenes ideológicos son de suma importancia y que todos ellos son de hecho "negacionistas" y añade "Sería un grave error poner mala cara a una conquista científica como el hecho de que a las cifras de un testimonio tan importante se les debe aplicar un coeficiente de división por cuatro (6 dividido entre 4). Al renunciar a las cifras falsas no se atenúa el crimen de los nazis. El problema del número de las cifras no es esencial."
Sin embargo al cuestionar el "arma del crimen", el principal argumento de la acusación, no se trata ya de una cuestión de cifras sino del concepto mismo de genocidio.
Si un solo judío hubiese sido asesinado por el hecho de serlo con el propósito de destruir al pueblo judío como tal estaríamos evidentemente ante un hecho genocida. Ahora bien la única forma de mantener tal teoría es establecer que el hambre y el tifus al ser consecuencia de la política alemana convierte a ésta en responsable deliberada de tales muertes.
Si admitiéramos dicho punto de vista ¿Cómo deberíamos calificar las muertes de personal civil y militar de los países del Eje en campos de concentración aliados por causas análogas?
Por otro lado tampoco se explica el lenguaje empleado por las autoridades nacionalsocialistas para referirse al problema judío.
La postura que sostiene la tesis del genocidio intenta explicar el empleo de un lenguaje y una terminología en el llamado documento Wansee (sin fecha ni firma ni sellos) debido al pudor "religioso" de los nazis ante un hecho tan bárbaro cuando lo cierto es que a la hora de adoptar decisiones criminales contra la población civil que apoyaba a los partisanos los nazis no parecen mostrar ese pretendido pudor. ¿Qué pudor experimenta Himler, por ejemplo, por las órdenes criminales que reconoce haber dado en sus discursos de los días 4 y 6 de octubre de 1943 referente a al exterminio de las mujeres y los hijos de los partisanos, para evitar que crezcan en el odio contra Alemania, (Sic.). Pero estas órdenes, al menos, tienen base documental. Las órdenes son claras y taxativas también a la hora de ordenar represalias o fusilamientos de rehenes. (Práctica que por lo demás es común a todos los ejercitos de la época símplemente con remitirnos a los manuales de guerra aliados tal y como inutilmente denunció la defensa en Núremberg). Probablemente debamos admitir que los nazis eran muy poco nazis si el asesinato de un judío les daba más vergüenza que el de un gentil o un ario.
En cuanto al contenido del "documento" si alguien tiene interés en consultarlo se refiere al traslado de población al este lo cual tiene sentido si pensamos que los campos eran centros de producción de armamento y se buscaba alejarlos del radio de acción de la aviación aliada.
Mediante este procedimiento los jueces de Nüremberg dieron un paso más allá de lo lícito a la ciencia jurídica juzgando hechos a partir de intenciones atribuidas a los acusados sin base empírica que las fundamenten.
Sólo así tiene sentido unas traducciones tan "libres" de los términos: endlösung, gemsamtlösung, zurückdrängun, ausschaltung y ausrotung como exterminio cuando en alemán dicho concepto se expresa por medio de la palabra verninchtung.
Para encontrar un precedente de tales técnicas jurídicas debemos retrotraernos a alguna de las páginas más negras de la Inquisición.
Pero en fin, asumiendo, a pesar de todo, los criterios metodológicos sostenidos por la tesis favorable a la hipótesis del genocidio creo que el debate académico no tendrá problemas en aplicar dichos criterios al trato aliado a los prisioneros del Eje puesto que si aplicáramos un criterio diferente estaríamos negando a los criterios antes mencionados validez universal y ello implicaría reconocer que no estamos obrando de forma científica sino con arreglo a algún otro criterio que se nos escapa.
Pero claro al asumir la tesis tradicional, pués el parlamento, al parecer tiene capacidad para pronunciarse sobre cuestiones de índole académico, para ser coherentes debemos dar por válido el análisis de James Bacque lo cual vistas las cosas no resultaría sorprendente que condujera nuevas modificaciones legislativas de nuestro código penal.
Hasta hace poco las fuentes históricas apenas ofrecían posibilidad para los investigadores de trabajar sobre otro tipo documentación distinta de la prensa. Ello ha hecho que declaraciones de líderes políticos y militares occidentales fueran aceptadas sin contrastar con documentos oficiales limitando considerablemente nuestras posibilidades. Sin embargo la desclasificación de parte de la documentación aliada con la apertura de archivos de 1980 completada con la desclasificación de los archivos soviéticos en 1990 nos está obligando a modificar algunas ideas que veníamos manejando al respecto.
El final de la segunda guerra mundial ha sido presentado como un final feliz en el que con el triunfo de la causa de la democracia y los derechos humanos sobre la tiranía fascista, tras un breve período, gracias a la ayuda del Plan Marshall, vencedores y vencidos se reconciliaron poniéndose las bases de una Europa unida sin resquemores ni venganzas.
Sin embargo, pese a lo atrayente y lo idílico del panorama desgraciadamente éste, a la vista de la documentación desclasificada, no siempre se corresponde con la realidad.
El plan Morgenthau, que preveía la desmembración, desindustrialización y ruralización de Alemania, parecía apuntar en otra dirección. Según Henry Morgenthau su objetivo era el siguiente: " Quiero que se desmantele el Rhur...Sé que mi plan dejará sin trabajo de 18 a 20 millones de alemanes... Mi plan tendrá una enorme influencia sobre Inglaterra y Bélgica y debería garantizar para los próximos 20 años su bienestar económico pués el Rhur ha sido su principal competidor en el carbón y el acero. De esta manera prestaremos un gran servicio a la economía inglesa "
De este modo la guerra contra el fascismo se instrumentalizaba al servicio de ciertos intereses que poco tienen que ver con la causa de la democracia o los derechos humanos, y, sus consecuencias iban a repercutir sobre todos, fueran o no fascistas.
Declaraciones de este tipo y aún otras más duras fueron vertidas por influyentes personajes de la vida política y económica de los países aliados que no tardaron en llegar a la prensa alemana. La propaganda evidentemente era nazi pero las declaraciones y la existencia de tales planes eran reales y no fué tanto la oposición de la bondadosa opinión pública angloamericana al plan cuanto el informe del general Donovan del O.S.S. (servicios secretos) sobre el hecho de que la filtración de dicho plan por los nazis a la prensa había unido incluso a los opositores al nazismo en contra los aliados lo que llevó a aparcarlo, al menos oficialmente.
Así que se decidió rechazar públicamente el plan pero aplicarlo en la medida de lo posible.
Y el alcance de esa " medida de lo posible ", la instrucción JCS-1067, según James Bacque, al parecer fué considerable:
Los prisioneros alemanes fueron sometidos a trabajos forzados para reconstruir Europa, Estados Unidos y las colonias, parte de ellos se les dejó morir deliberadamente de hambre mientras se quemaba comida en buenas condiciones o se hundía ésta en el mar y, bajo la autoridad de Eisenhower, se castigaba con pena de muerte el alimentar a los presos, siendo fusiladas algunas adolescentes que intentaban alimentar a sus hermanos.
Las escuelas y universidades fueron cerradas, las radios y los periódicos clausurados y cuando se volvieron a abrir fueron sometidos a censura militar. La cruz roja alemana y el servicio postal suprimidos. El carbón, las patentes industriales, la madera y las reservas de oro requisadas. Las fábricas destruidas, incluso las que no tenían finalidad bélica.
La Alemania de preguerra tenía un 80 % de autosuficiencia alimentaria. Los aliados expulsaron a los agricultores alemanes del 24 % de la superficie cultivable alemana al mismo tiempo que prohibían el uso de fertilizantes.
El número de alemanes muertos bajo la ocupación aliada por hambre fué superior al número de alemanes muertos en toda la segunda guerra mundial en todos los frentes y en la retaguardia.
¿Cual fué la causa de este hambre? Según la explicación tradicional la barbarie nazi que habría provocado la guerra y los vengativos bolcheviques.
Sin embargo las excavaciones realizadas en 1996 en Lambach, Austria, arrojan nuevas dudas al respecto. En las mismas se encontró una fosa común que, en principio, se atribuyó a víctimas judías del nazismo, no obstante la investigación forense confirmó que las víctimas eran alemanas lo que coincidía con el hecho de que el lugar fué en 1945 un campo de concentración americano. Con posterioridad han surgido otras en Bromberg, Erfurt, Reinberg, etc...
Por otro lado el estudio de las estadísticas aliadas plantea algunos interrogantes.
Según el gobernador militar norteamericano Lucius Clay la mortalidad de Alemania en Noviembre del 46 era del 12 %% al año sólo ligeramente superior a la del 11,9 %% del año 39 en el que el impacto de la guerra apenas es apreciable ya que estalló a finales del mismo.
Sin embargo el informe secreto del oficial médico de Clay habla del 21,5 %% . Es de señalar que los primeros años de la posguerra fueron particularmente duros debido al tifus, la gripe, el cólera, la tuberculosis, la falta de calefacción, de vivienda, etc... Por otro lado si añadimos los nacimientos e inmigración de las estadísticas oficiales observamos lo siguiente:
5 millones de nacimientos
8,3 " de inmigrantes expulsados
4,8 " de prisioneros
(cifras de Proodfoot)
Ello hace un total de 78,5 millones de personas sin embargo en el censo de Septiembre de 1950 sólo encontramos 68,8 millones.
Es decir tenemos 5,25 millones de "desaparecidos". 5,7 si tomamos como punto de partida las cifras de la ONU.
¿Donde fueron ?
La explicación clásica es que los soviéticos los hicieron desaparecer en el Gulag, sin embargo, la desclasificación de los archivos del KGB. no parece corroborar esa teoría.
Los rusos en su propaganda sobrevaloraron los prisioneros japoneses en manos occidentales, no obstante, en lo que se refiere a Europa los archivos de sus campos de concentración demuestran que sólo tenían 890.000 alemanes porque estos prefirieron rendirse a los aliados creyendo que recibirían mejor trato.
Por tanto se justifican 890.000 quedando 4,36 millones que nos vemos obligados a buscar en otra parte.
Es curioso observar como a finales de los años 60 en pleno desarrollo industrial y económico la mortalidad alemana, según fuentes del gobierno federal era del 12,2 %%, es decir, superior al año 47 con el tifus, la gripe, el cólera, la tuberculosis, el hambre, el frío y los desplazados. Según James Bacque hay que ser muy generosos, por decirlo de forma educada, para creer tales cifras.
Una explicación podría ser que perecieron de forma natural por las desastrosas consecuencias de la guerra provocada por el nazismo. Para que estas muertes puedan ser consideradas "accidentales" hay que demostrar que no era posible obrar de otro modo.
Para tener un punto de referencia podemos observar que las raciones holandesas bajo la ocupación nazi hacia 1943 eran de 1775 calorías por persona y día mientras en Alemania eran de 1550 calorías por persona y día en esos mismos momentos. Es cierto que en 1944 se redujo pero no como consecuencia de una política contra la población civil sino por necesidades de la guerra.
Si consideramos que los granjeros fueron expulsados del 24 % de la superficie agrícola útil de un país antes autosuficiente en un 80 %, si consideramos que cerca de 6 millones de alemanes se encontraban prisioneros sometidos a trabajos forzados al servicio de los vencedores y no podían aportar su esfuerzo a sus familias, si consideramos que la industria alemana había sido destruida privando al país del recurso al comercio para obtener alimentos es de suponer que ello se debía a que los aliados podían y estaban dispuestos a hacerse cargo del mantenimiento de los alemanes.
Pero si el hambre alemana es fruto de la fatalidad de la guerra ¿Qué sentido tiene la prohibición del gobierno militar aliado a la comunidad menonita canadiense y a los cuaqueros americanos para enviar alimentos a sus correligionarios alemanes? ¿Qué sentido tiene la orden del general Eisenhower de prohibir a los civiles alemanes entregar comida a los prisioneros bajo pena de muerte? ¿Qué sentido tiene prohibir pescar a la población? ¿Qué sentido tiene la destrucción de stocks de alimentos en buen estado ?
Por último según fuentes de la Oficina americana para el comercio agrícola internacional la producción agrícola mundial había alcanzado el 90 % de los niveles de preguerra. Las cosechas en Europa fueron particularmente buenas de acuerdo con el informe de la ONU. de diciembre de 1946.
El trigo y el centeno habían alcanzado el 80 % de la producción normal, la remolacha el 66 % de los niveles de preguerra. Por otro lado los Estados Unidos y Canadá tenían excedentes disponibles según Robert Paterson.
La ración británica era de 2.900 calorías/ persona y día.
La ración americana era de 3.300 calorías/ persona y día.
Por otro lado el control de los mares y los espacios aéreos por parte angloamericana no deja lugar a dudas sobre la infraestructura disponible para hacer llegar esa comida a su destino. La única explicación es que se trató de un ajuste de cuentas a expensas de quien está indefenso del mismo estilo que se produjo cuando tras la primera guerra mundial se prolongó por iniciativa del entonces primer Lord del Almirantazgo Sir W.Churchil el bloqueo naval tras la firma de los tratados de paz durante 8 meses causando la muerte de un millón de alemanes.
El hambre de 1947 coincidiendo con buenas cosechas fué en parte debida al hundimiento industrial de Europa que al hacer caer los precios provocó que los agricultores retirasen sus productos del mercado.
Debemos tener en cuenta que el mínimo biológico necesario para mantener vivo a un ser humano son 1.500 calorías/persona y día.
La pregunta ya contestada sobre cual era la capacidad aliada para alimentar a Alemania debe dejar paso a otras cuestiones.
Los informes de Murfy del año 47 en calidad de asesor político del gobierno militar aliado en Europa pronosticaban que las muertes excederían los nacimientos en Alemania en 2 millones en los próximos 3 años lo cual supone una mortalidad del 24%
¿Como explicar tales "pronósticos" con los datos que tenemos a no ser que no se trate de pronósticos y debamos de hablar de previsiones ?
Según James Bacque si añadimos a los civiles muertos por el hambre 5,7, los expulsados por la limpieza étnica del este y los prisioneros muertos en los campos de concentración conceptuados eufemísticamente como "Otras pérdidas" la cifra total de muertos oscila entre los 9,3 y los 13,7 millones de muertos.
A los prisioneros debilitados por la falta de alimentos se les enviaba a las llamadas "unidades hospitalarias" donde no recibían ningún tratamiento y as¡ se ocultaban las muertes. Nadie volvía de los "hospitales". Con una ración de 1.390 calorías por persona y día se obtiene una mortalidad de un 0,6 % a la semana, un 2,6 % de la población al mes y un 32 % al año.
El plan Morgenthau fué "oficialmente" abandonado para conseguir desmovilizar a la resistencia alemana, sin embargo las raciones cayeron progresivamente de forma sospechosa. De 1.500 (el mínimo vital) a 1.300, a 1.000, a 900, y en la zona francesa bastante menos.
Los efectos de esta política fueron devastadores la mortalidad infantil en Berlín en 1945 fué del 100 % La mortalidad por inanición en Landau (Renania) era del 39 % en 1946. En Hamburgo bajo ocupación británica murieron 100.000 personas de inanición En Viena en 1946 era entre el 27 y el 35 %
Para finalizar no debería ser nuestra misión valorar los acontecimientos históricos aunque algunos dediquen más tiempo a la valoración que al análisis, sin embargo como no parece ser ésta la óptica de ciertos manuales escolares no estaría de más recordar que el genocidio es el asesinato deliberado de una población por motivos de raza, lengua o religión sean las víctimas del mismo judíos turcos, o,...alemanes.
Es decir por pertenecer a ese grupo nacional con independencia de una culpa personal por un hecho concreto que pueda calificarse de punible.
Que el arma del crimen sea la cámara de gas o sea el hambre provocada es completamente indiferente.
Así mismo sería interesante que un debate académico arrojara luz sobre estas cuestiones.
El limitar el alcance de la persecución judía bajo el III Reich a niveles parecidos a los de la persecución comunista o católica lejos de constituir una apología del nazismo constituye una denuncia de la manipulación del antinazismo que pretende convencernos de que los nazis fueron más buenos o, más malos, con unos que con otros.
Desgraciadamente el debate académico hoy por hoy es imposible pués para que exista el debate es necesario que haya libertad e igualdad de condiciones para todas las partes y eso no se da. Y no por falta de voluntad de las escuelas revisionistas si no por la negativa de los medios académicos oficiales a "rebajarse" a entrar en dicho debate sin que al parecer se sientan muy incómodos con el hecho de que sus posturas hayan de ser defendidas por la vía penal "(Tal vez tengan otros argumentos pero por el momento no podemos saberlo). Y si la justicia sobre las cosas depende, en última instancia, de la verdad sobre las cosas, no debería ser tanto interés de los historiadores revisionistas el exponer públicamente estas dudas para llegar al fondo del problema cuanto de la propia sociedad en que la justicia de su causa no quede empañada por lo que en su nombre hubieran podido hacer determinadas personas.
Conclusiones:
Sería demasiado sencillo detenernos en este momento dandonos por satisfechos con un recorrido por los puntos oscuros de este tema, sin embargo, nos habríamos dejado en el tintero la pregunta más importante, ¿porqué? No se trata de un mero ajuste de cuentas entre unas víctimas despechadas y unos aventureros de la política de los años 30. Si sólo fuera eso muerto el perro se acabó la rabia. Nadie se toma tanto interés en consagrar en la conciencia colectiva, en las escuelas e incluso en las leyes penales la indudabilidad de un hecho histórico cómo si a alguien le fuera la vida en el empeño. Hay historiadores que creen que Napoléon fue envenenado por los ingleses e historiadores que creen que el gran corso murió por causas naturales y a nadie normal se le ocurre llamar negacionista a quien sostiene la postura favorable a la inocencia inglesa, en todo caso se trata de cuestiones discutibles, tan legítimas o tan criticables las unas como las otras y, en última instancia si realmente tuvieramos interés por la cuestión recurriríamos a un medico forense especialista en toxicología y a nadie se le ocurriría considerar que quien sostiene la muerte del emperador por causas naturales estuviera “mancillando” su memoria. Las palabras, como las armas, las carga el diablo y no es inocente escoger unas en vez de otras. El término Holocausto o Shoah en hebreo, como sacrificio del inocente, tiene un sentido religioso muy fuerte y, tal vez, en ese significado religioso esté la clave de todo este problema.
En el estudio del Holacausto lo llamativo es el consenso de los historiadores, consenso entre interpretaciones contrapuestas. Existe consenso, tal vez, no tanto por el hecho en sí como por las posibilidades filosóficas y teológicas que plantea el Holocausto, tanto a creyentes como a no creyentes. Veamos algunas de ellas. Si abordamos una obra de teología fundamental como La Historia de Jesucristo del P. Bruckberger O.P. conservamos el siguiente planteamiento: “Nos creemos demasiado evolucionados, demasiado racionales, demasiado astutos para ser idólatras. Afirmamos no adorar a nada ni a nadie. Por el contrario pienso que la puesta en escena ha cambiado de decoración, pero continúa la payasada sacrílega. La empresa de deshonrar a la humanidad y, en especial a la imagen de Dios en el hombre, nunca se ha impulsado con tanta insolencia. No somos nosotros quienes tenemos derecho a reprochar a la Antigüedad las hecatombes inútiles y monstruosas. ¿A qué Moloc, a qué Astarté, a que Baal hemos inmolado todas esas juventudes desde comienzo de siglo? ¿Quizá a nada?... Eichman no era más que el sacristán del Infierno…Los desgraciados judíos que fueron sus víctimas elegidas podían leer su nombre en sus libros santos: toda la historia de su pueblo es la historia de una guerra con satanas.
No digo que Eichman sea una prueba irrefutable de la existencia del diablo, pero se que su mediocre personalidad está en infinita desproporción con la fastuosa puesta en escena de atrocidades de las que él fue un instrumento si no lúcido al menos sí dócil…Satanás siempre se ha interesado por Israel. Durante milenios fue el único pueblo en el mundo en que la idolatría nunca pudo triunfar del todo. Israel era la cabeza de puente que el diablo no pudo conquistar nunca, la playa mística donde debía desembarcar el héroe de Dios.”
Es decir el Holocausto, de cuya realidad nadie duda, sería una prueba en negativo de la existencia de Dios. Distinguiendo, como muy bien hacen los escolásticos, entre voluntad positiva y voluntad permisiva de Dios. Dios, que escribe recto con renglones torcidos, habría “permitido” que el hombre en su infidelidad conociera el rostro de una libertad que negando a Dios niega al prójimo y, por tanto, al hombre.
Esta interpretación que es absolutamente correcta y ortodoxa no debe nada o no debería deber nada a la realidad del Holocausto y por otro lado es demasiado ingenuo o generoso creer que la fe depende de prodigios sobrenaturales. Jesucristo advierte en la palabra de Lázaro y Epulón que si el espíritu humano no está dispuesto a la gracia no creerá ni aunque resucite un muerto, huelga decir mucho menos porque un solo hecho humano sea capaz de mostrar todo el pecado del hombre. Pero es que si creemos que un solo hecho humano es capaz de mostrar toda la maldad del hombre no obramos de modo muy diferente de los fariseos que dan gracias a Dios “por no ser como los demás.” Y tal vez el quid de la cuestión esté ahí porque según Jesucristo “mi padre podría suscitar hijos de Abraham de las piedras.” Y quien dice de las piedras dice de los gentiles. Ahí es donde la parábola del Hijo pródigo alcanza su significado porque el Hijo mayor que siempre ha estado con el Padre es el pueblo judío y el Hijo perdido es el gentil. El pueblo judío odia al cristianismo por celos, no reconoce al hermano pero es que además no reeconoce que Jesucristo sea el Isaac de la Historia. El Padre Bruckberger cuyo libro, dicho sea de paso, es excelente sin embargo, no tiene en cuenta que para el judaismo si el linaje de David se extingue con el sacrificio de Jesucristo Yaveh le estaría arrebatando a la casa de David, a la realeza de Isarael, la promesa hecha a Abraham “tu linaje será como las estrellas del cielo y como las arenas del mar.” Dios no estaría cumpliendo su palabra, o al menos no tal y como esperaba el judaismo. Porque no olvidemos por más que se diga no existe una cosa tal como el judeocristianismo, existe sólo el judaismo y el cristianismo. Y el cristianismo se reconoce judío hasta un minuto antes del nacimiento de Jesucristo en quien se consumen las promesas hechas por Dios al hombre en Gen. 3-15. Esto significa desconocer tanto la polémica teológica con el judaismo como las interpretaciones anticristianas. Empezaré por las segundas porque creo que son las menos importantes. Si abordamos la obra del principal estudioso del Holocausto Raul Hilberg verémos que no se trata sólo de un mero estudio académico sobre un acto criminal de los nazis si no que va un poco más allá al calificar al cristianismo como la principal fuerza motora del antisemitismo “que condujo al Holocausto.”
Según el teólogo judío Amós Filkenstein “El reconocimiento de que Dios o el teismo ético murió en Auschwitz porque Auschwitz desafía todo sentido se nos dice que nos llama para un cambio radical de las premisas fundamentales.
Según el teólogo protestante Robert McAffe Brown “Es la crisis de creencia a la que nos fuerza el Holocausto. Porque ¿Quién sea cristiano o judío puede creer en un Dios en cuyo mundo tengan lugar tales cosas? El misterio perenne del mal, la fuente de nuestra mayor vulnerabilidad como creyentes alcanza su expresión única en el Holocausto. Ninguna teodicea puede abarcar este aconrtecimiento hasta que se cierren las heridas, hasta que sanen las cicatrices. Ello impide la fe sencilla en Dios o en la Humanidad. Ambos están emplazados a juicio y el veredicto o absolución no puede pronunciarse a la ligera, si es que pudiera , por ninguna posibilidad.”
Según Elie Wiessel “el cristianismo sincero sabe que lo que murió en Auschwitz no fue el pueblo judío si no el cristianismo.” Según Harry James Cargas, teólogo católico, “El Holocausto en mi opinión, es la mayor tragedia para los cristianos desde la cricifixión. En el primer caso murió Jesús, en el segundo caso puede decirse que el cristianismo habría muerto.” Ambos argumentos apuntan en la misma dirección es imposible que una religión inspirada por Dios sea responsable de algo tan horrendo como el Holocausto pero el Holocausto sucedió y la cristiandad lo inspiró y tiene una gran responsabilidad en el mismo.
Según el Dr. John Warwick Montogoimery, teólogo luterano, en Christian News. En relación con las pilas de cuerpos encontrados en algunos campos de concentración al final de la segunda guerra mundial declaró; “es inmoral discutir que estas gentes (los judios) no fueron victimas de un programa de exterminio, si no de enfermedad y malnutrición producida por el colapso total de Alemania.”
Según el cartdenal Cormac Murphy O’Connor de la archidiocesis católica de Westminster “la negación del Holocausto es equivalente a un sacrilegio.”
Algo así podría decirse de la visita de Juan Pablo II a Auschwitz. Si los cristianos o el cristianismo no tiene responsabilidad en el Holacausto ¿porqué pidió perdón? Tal vez sea una opinión un poco personal pero me inclino a creer que los cristianos pecamos un poco de ingenuos sobre todo si alguien usa el argumento emocional. ¿Quién va a ser tan malvado para no horrorizarse ante el asesinato de un inocente.? Porque el problema es que todas estas opiniones están muy bien pero ya advertía Jaime Balmes que por muy cómodo que parezca resultar un argumento cuando un argumento sirve para justificar una cosa y su contraria a la vez nos encontramos ante un sofisma. ¿Es posible que el Holocausto pueda significar, a la vez, la muerte de Dios y una señal de Dios? Pues eso es lo que parece.
En primer lugar no se ha caido en la cuenta de la actitud de la intelectualidad judía ante este hecho. Si hojemos la obra de Don Hedsheimer El Primer Holocausto tenemos una rápida panorámica de noticias que denuncian el exterminio de judíos por el hecho de serlo. Veamos las fechas; New York Times 11 de junio de 1900, p. 7; NYT 14 de junio de 1915, p. 3.; NYT 22 de mayo de 1916 p. 11; NYT, 10 de agosto de 1917, Titular, Los Alemanes dejan morir de hambre a mujeres y niños, y pp. 7 a 21; NYT. 3 de marzo de 1919; NYT 29 de septiembre de 1919; NYT 26 de octubre de 1919; NYT 3 de diciembre de 1919; NYT 3 de diciembre de 1919, p. 24.
No se trata de una lista exhaustiva ni mucho menos pero conviene retener el dato de que la acusación de exterminar judíos por el hecho de serlo se remonta a una época en la que Hitler era un completo don nadie y cuando el proyecto de colonización judía de palestina ya se estaba poniendo en marcha. En esos momentos el sionismo estaba más amenazado por la asimilación que por el antisemitismo. Además la acusación de odio a los judios por el hecho de serlo no es un producto del momento si no una constante que ha permitido sobrevivir al judaismo a lo largo de los siglos. En la tradición judía se considera a los judíos que han perdido la conciencia de ser judios como tinok shenishba, niños raptados, a los que está reservado el papel de príncipes o profetas como Moises. La idea del Holocausto está vinculado a la mente del pueblo judío sobre todo con el sacrificio de Isaac y retumba en la conciencia judía en todas las épocas de crisis. Es decir en épocas de crisis religiosas como la provocada por el fenómeno de la secularización a principios del siglo XX. En el Talmud se informa de que los romanos al derribar la fortaleza de Bethar en el 135 a.C. asesinaron a 40 millones de judios. Los romanos enrollaban a los niños y los lanzaban a las llamas. Veinte siglos despues la misma acusación será lanzada contra los alemanes. Y ¿que entiende el sionismo por extermino? Pues, como todo nacionalismo, basicamente la asimilación. El judaismo a prinmcipios de siglo estaba más amenazado por la similacioón que por el antisemitismo. ¿Y qué eran los apostatas si no unos traidores a su pueblo? ¿Cómo frenar la apostasía? La obra de Anthony Sutton Wall Street and the Rise of Hitler hace un interesante estudio de los apoyos financieros de Hitler entre los que destaca la familia Warburg, judío-germano-americanos comprometidos con la colonización de Palestina pero que ello no les impidió aportar fuertes sumas al Partido Nazi a traves del Mendelshon Bank de Amsterdam actuando como testaferro. Claro con este tipo de información no resulta extraño lo bien informada que estaba la prensa judía en Estados Unidos pero incluso eso tiene un valor anecdótico. Lo realmente importante del Holocausto es la interpretación teológica final en la que se juega todo. Probalemente la interpretación más interesante del judaismo respecto del “Holocausto” sea la que se relaciona con Razi, acrónimo de Rabí Shlomo Ben Isaac del siglos XIII que según algunos autores es el primero en ofrecer una respuesta coherente a la polémica entre cristianismo y judaismo. Los cristianos interpretaban el IV Cántico del Siervo de Yavéh Is. 53 “Despreciado, deshecho de los hombres varón de dolores, conocedor de todos los quebrantos, ante quien se vuelve el rostro…. como cordero llevado al matadero”, etc.. como una premonición del sacrificio de Jesucristo, porque este canto parece anunciar la crucifixión, tanto es así que el juadismo postcristiano acabó silenciando este cántico por las implicaciones que tenía. Sin embargo frente a esta interpretación Razí considera que el sujeto al que se está refiriendo el Canto no es Jersucristo si no Israel tomado en sentido colectivo. En el siglo XIII, no está mal. Israel es el Isaac de la Historia. Sin embargo la idea podría ser más antigua pues esta interpretación ya es dada por Orígenes refiriendose a algunos judíos de su época, interpretación que según el teólogo protestante Joachim Jeremías se remonta al judaismo helenizante, es decir el de Alejandría posterior a la época de Jesucristo. En este sentido el Holocausto viene a ser algo así como la confirmación de la interpretación de Razí de Is 53 frente a la interpretación cristiana.
El problema es el siguiente suponiendo que el genocidio sea el Holocausto del que habla Isasias, es evidente que Hitler es el cuchillo pero ¿Quién es al Abraham del cantico de la Aqquedah? ¿O acaso es Caín imaginándose ser …Abraham?
La teología rabínica podrá quedarse my tranquila con semajante interpretación pero dicha interpretación no resulta satisfactoria en absoluto ni siquiera para un judío. Podrá hacer temblar a un cristiano acomplejado pero no da respuesta al autentico interrogante sobre el sentido de la Encarnación. Cuando en una relación una de las dos partes rompe un pacto, o un acuerdo la responsabilidad de restaurar el pacto es de aquel que lo ha violado. Lo que sucede es que en el caso de la relación del hombre con Dios, la naturaleza de la ruptura, el pecado original, era demasiado grande para que el hombre estuviera en condiciones de reparar su culpa y ese es el sentido del hecho de la Encarnación, un hombre que mediante un acto de obediencia semejante a la desobediencia primera restaura el vínculo entre Dios y los hombres. Ningun hombre ni ninguna colectividad humana está en condiciones de igualar al sacrificio de Jesucristo si lo pretende es un anticristo. Y con la teología del Holocausto el pueblo judío se esta forjando un nuevo becerro de oro. Se ha cansado de esperar y se ha escogido como ídolo de si mismo. Lo cual pone de manifiesto que, lejos de ser los custodios de la promesa, la han perdido, no porque nadie se la haya arrebatado, sino porque el pueblo judío ha renunciado consciente y voluntariamente a ella. Cayendo en el mismo pecado que el demonio en su pretensión de hacerse adorar. Y ese es el fondo de la cuestión.
El presente artículo no pretende más que ser una exposición del punto de vista de la escuela historiográfica revisionista, sin cuernos ni rabo, tan buena o tan criticable como cualquier otra.
La obligación del historiador, como ser humano, es no dejarse ofuscar por las voces de su tiempo y denunciar la instrumentalización que de los Derechos Humanos se está haciendo, como en su día se instrumentalizó la Patria. Hoy se invocan los Derechos Humanos para negar el derecho a la libertad de opinión, a la investigación científica y al derecho a la defensa en relación a un hecho concreto. Si hoy cedemos en este punto concreto pronto deberemos ceder, cada vez más, en relación a más cosas, pues quien cede una vez cede siempre. Los Derechos Humanos de las víctimas del "genocidio", como las de cualquier crimen, se defienden mediante la verdad porque si no es así alguien podría pensar que o bien las "victimas" no lo son tanto o que incluso las"victimas" no lo son en absoluto. Los juristas lo llamarían los frutos del árbol envenenado.
La difamación pública, la pérdida de la libertad, la pérdida de la propiedad, la privación de los derechos civiles y la esterilización o el aborto forzados ya constituyen de por sí crímenes contra la humanidad pero la dignidad de las víctimas no se ve respaldada cuando su defensa se hace sobre castillos de arena y es más quien recurre a tales procedimientos hipoteca su credibilidad en el futuro.
Para más información buscar:
"The destruction of the European Jews" de Raul Hilberg (Contrástese la edición de 1961 con la de 1986 y con el "Drama de los judíos europeos")
"El drama de los judíos europeos" de Paul Rassinier Barcelona 1976
"The Holocaust industry" de Norman G. Filkenstein Londres 2000
"Les Mythes fondateurs de la politique israelienne" de Roger Garaudy, Paris 1996 (Existe en internet versión en inglés)
" Crimes and Mercies " de James Bacque editado por Warner Books, London, 1998 y por Little, Brown & Company/ 1997 Lancaster Place, London WC2E 7EN
Para lo relativo a la técnica jurídica empleada en Nüremberg, aunque no agota el tema, es interesante el libro "Crímenes de Guerra" de José A. Llorrens Borrás, Ed. Acervo, Barcelona 1958, es posible que más de uno se lleve alguna sorpresa.
Direcciones y correos
Hay varias webs revisionistas pero creo que desde C.O.D.O.H. se tiene acceso a todas.
http://www.codoh.com/campus/campus.html Nota: Se observa que este link por razones técnicas ha dejado de ser operativo hasta que su webmaster solucione los problemas que tiene. Ahí van un puñado más por si acaso:
http://vho.org Página de Gérmar Rudolf. Desgraciadamente su autor disfruta de la hospitalidad de las cárceles alemanas por escribir el Informe Rudolf, llevado a cabo a instancias de la defensa de Hajo Hermann, sin embargo aún puede descargarse en inglés de este sitio.
http://www.ihr.org Institute for Historical Review
http://www.cwpoprter.com
http://www.fpp.co.uk Página de David Irving
http://aaarg.vho.org/espa/solavaya/index.html Revisionismo en español (con acceso al archivo Faurisson)
Derechos Humanos y Revisión Histórica
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